La escena cubana despidió esta semana a dos figuras destacadas: la guionista, directora de televisión, teatro y video María de los Ángeles Núñez Jauma, y la actriz Aris Teresa Bruzos Núñez, quien interpretó el personaje de Evarista en el popular espacio televisivo Vivir del Cuento.
En torno al fallecimiento de Núñez Jauma, el portal digital de la TV Cubana recordó que Núñez Jauma nació en La Habana el 9 de marzo de
1966 e inició su carrera como Asistente de Dirección en el entonces Instituto Cubano de Radio y Televisión,
en 1984.
Sobresalen en su extensa obra los teleteatros La casa vieja, Andoba y En privado con la
reina, este último inspirado en la célebre Celeste Mendoza, además de las puestas de El último bolero y Week end
en Bahía, en teatro.
A lo largo de su carrera, sus trabajos recibieron múltiples premios
y reconocimientos nacionales e internacionales, especialmente en los concursos
Caracol y Caricatos de Cine, Radio y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas
de Cuba, por su labor en programas infantiles, dramáticos y proyectos teatrales
y cinematográficos, en los cuales se destacó por su versatilidad y contribución
a la cultura cubana.
ARIS TERESA: SE APAGA
LA VOZ DE EVARISTA
La noticia cayó con la fuerza de un suspiro colectivo en la
televisión y las calles cubanas: nos ha dejado Aris Teresa Bruzos Núñez, la entrañable Evarista que por más de 15 años
hizo reír y reflexionar en Vivir del Cuento.
El portal digital de la TV Cubana especificó que su partida no es solo la pérdida de una actriz; es el adiós a una mujer que encarnó, con una ternura inolvidable, el humor, la sabiduría popular y la dignidad del cubano común.
Nacida en El Cobre, Santiago de Cuba, Aris Teresa fue maestra durante más de tres décadas, dedicada a la formación de generaciones, una labor silenciosa que preparó el terreno para su inesperada irrupción en la televisión.
Fue a los 73 años de edad, cuando muchos ya se imaginan en el sosiego de la jubilación, que esta mujer valiente se lanzó al mundo actoral, conquistando al público con la frescura y picardía de su personaje.
Evarista, su alter ego en la pantalla, era mucho más que una vendedora astuta y cargada de ocurrencias. Era la representación de la resistencia cotidiana, de la lucha por la sobrevivencia, con ingenio y sonrisa franca en tiempos difíciles. A través de ella, Aris Teresa habló de las dificultades del día a día, del amor a la familia y de la sabiduría que solo dan los años y las vivencias.
Su actuación no fue el fruto de un entrenamiento formal, sino de la autenticidad y la experiencia de vida que ella regalaba en cada escena. Esa misma autenticidad que la gente reconocía cuando la saludaba en las calles o le pedía un consejo. Más que una actriz, fue una amiga que compartió con Cuba sus risas y sus enseñanzas.
Hoy, mientras recordamos su voz, su risa y esa mirada cómplice que nos hacía sentir parte de la historia, celebramos la huella imborrable que dejó en la cultura cubana. Aris Teresa no solo interpretó a Evarista; fue Evarista, y a través de ella, la esperanza y la alegría que necesitábamos.
Descansa en paz, Aris Teresa. Gracias por mostrarnos que nunca es tarde para reinventarse y que el humor, la ternura y la dignidad son armas poderosas para enfrentar la vida, concluye la reseña del portal digital de la TV Cubana. (Redacción Digital. Imágenes: Facebook)
FNY/RSL