El secretario ejecutivo del ALBA-TCP, Sacha Llorenti, leyó la declaración de los Jefes de Estado y de Gobierno y los Jefes de Delegaciones de los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), reunidos en La Habana, Cuba, el 27 de mayo de 2022, en su XXI Cumbre.
Ratifican su compromiso con el fortalecimiento del ALBA-TCP como instrumento de unión de nuestros pueblos, sustentado en los principios de solidaridad, justicia social, cooperación y complementariedad económica; con la genuina integración regional liderada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y con los postulados de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
Respaldan los reclamos de los países de Nuestra América de materializar un cambio en las relaciones hemisféricas, con base en la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, incluyendo los principios de igualdad soberana, no injerencia en los asuntos internos, no uso ni amenaza del uso de la fuerza, solución pacífica de controversias y libre determinación de los pueblos.
Reafirman su apoyo al multilateralismo como principal instrumento para enfrentar los multifacéticos y complejos desafíos globales a través de una acción colectiva.
Denuncian las pretensiones de dominación imperialista sobre los pueblos de América Latina y el Caribe, para mantener dividida a la región en función de sus intereses hegemónicos.
Rechazan la exclusión arbitraria, ideológica y políticamente motivada de varios de nuestros países de la denominada Cumbre de las Américas, que se efectuará en el mes de junio en Los Ángeles.
Esa decisión unilateral constituye un grave retroceso histórico en las relaciones hemisféricas que ofende a los pueblos latinoamericanos y caribeños.
Respaldan el derecho de todos los países del continente a ser invitados y participar en dicho evento en igualdad de condiciones, y enfatizan que el país anfitrión de la reunión de Los Ángeles no tiene derecho a imponer exclusiones o condicionamientos violatorios de su soberanía e independencia.
Denuncian también el trato discriminatorio de Estados Unidos, como país anfitrión de la denominada Cumbre de Las Américas, contra numerosos representantes de la genuina sociedad civil de nuestro continente.
Enfatizan que este tipo de reuniones excluyentes, no contribuyen a la solución de ninguno de los urgentes desafíos de la integración ni las amenazas regionales y globales.
Apoyan y agradecen la valiente y digna posición asumida por gobiernos, actores sociales, organizaciones y pueblos hermanos de nuestro continente, que han rechazado de manera contundente y de diversas formas, las exclusiones de la reunión de Los Ángeles.
Rechazan la imposición de medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela y Nicaragua, y el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, violatorios de los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional.
Reivindican la dignidad nacional de nuestros pueblos, sustentada en el respeto al ideario de los próceres y padres fundadores de América Latina y el Caribe.
Respaldan los esfuerzos genuinos por fomentar el diálogo respetuoso, la tolerancia y convivencia pacífica y la cooperación entre todos los países de las Américas, sin excepción, para encontrar soluciones efectivas a los grandes problemas que afectan al hemisferio.
«Fragmentados podrían ignorar a cada uno de los representantes, unidos, nadie podrá silenciarnos, como no han podido quebrar la colaboración y la solidaridad que permite a los países de menos recursos enfrentar los duros exámenes de nuestra época», sentenció. En otro orden, llamó la atención sobre el desafío más grave para nuestras naciones en estos años: la pandemia, que ha tensado las economías y sistemas de salud; pero también ha obligado a generar iniciativas y nuevos proyectos de los que podemos sentirnos orgullosos.
En ese sentido, resaltó la meritoria labor del personal de la salud cubano, y la producción de vacunas anticovid con alto niveles de efectividad que han permitido más de nueve millones de personas con esquema de dosis completo, y más de siete millones con dosis de refuerzo. Todo ello, alertó fue la soberana respuesta de Cuba a una pandemia que llegó al país cuando ya sufríamos el impacto de 243 medidas que recrudecieron el criminal bloqueo que hace 63 años enfrentamos sin rendirnos.
Denunció que esas medidas no fueron levantadas ni en el momento más crítico, hasta el oxígeno nos bloquearon.
Entre otras ideas, Díaz-Canel ratificó la disposición de Cuba a poner nuestras capacidades al servicio de los países miembros, como ya se ha hecho. Esos avances son la prueba de que Cuba no se detiene, dijo.
Cuba seguirá avanzando en la construcción de una sociedad más justa y solidaria, subrayó.
«NUESTRA AMÉRICA CAMBIÓ, YA NO SON POSIBLES LAS EXCLUSIONES»
Por otra parte, se pronunció sobre la demanda de los gobiernos de convocar a todos los países del hemisferio a las Cumbre de las Américas, sin exclusiones.
Al respecto, afirmó que Estados Unidos pretende ignorar y silenciar esos pedidos, acudiendo incluso a maniobras de engaño, y recordó la primera vez que Cuba participó en este tipo de certamen, donde el General de Ejército Raúl Castro Ruz enfatizó en la importancia de que «podemos avanzar hacia la unidad y objetivos comunes en el marco de nuestra diversidad»
Alertó también que aprovechando su condición de anfitrión a la IX Cumbre de las Américas, Estados Unidos persigue adoptar documentos y conceptos injerencistas, sin tener en cuenta los criterios de todos, y excluyendo a países que tienen mucho que aportar sobre los temas esenciales que se debatirán en el evento.
«Hemos conocido que han encontrado una enérgica oposición a esos intentos, la práctica de excluir no es nueva, y confirma el interés de EE. UU por controlar el sistema interamericano para utilizarlo en función de objetivos hegemónicos e imponer un poder fiscalizador de la democracia. Ni política ni moralmente les corresponde tal derecho», afirmó.
Dicen ser promotores de la democracia, continuó, pero no son capaces de asegurar un espacio plural, pretenden interés en una relación constructiva con nuestra región, pero irrespetan las diferencias, así el gobierno estadunidense desoye una vez más el reclamo de una verdadera cumbre hemisférica con todos los países que habitamos el continente.
Puntualizó que el carácter de las relaciones hemisféricas debe cambiar, es obsoleta e inaceptable la política de subordinación de muchos al mandato de uno solo, por poderoso que este sea. Nuestra América cambió, ya no son posibles las exclusiones, la decisión de no invitar a todos es un retroceso histórico, y todos los países deben ser invitados en condiciones de igualdad, es irrespetuoso y lesiva de la soberanía de las naciones pretender decidir como anfitrión quiénes la representan.
Llamó además a afianzar los mecanismos de integración frente a los intentos de exclusión y selectividad. Unidos, lograremos defender de forma efectiva nuestra soberanía y autodeterminación sin injerencias, ni presiones externas, urge continuar defendiendo al ALBA-TCP como referente e impulsor de proyectos de cooperación que tributan a una América Latina y Caribe económica y políticamente más independiente y soberana.
En este complejo escenario debe respetarse el derecho a los hermanos países caribeños a recibir un trato justo, especial y diferenciado, imprescindible para enfrentar sus colosales retos.
El presidente cubano llamó a unir, no a dividir; a sumar, no a restar; a dialogar, no a confrontar, a respetar, no a imponer.
Son tiempos de defender con empeño y dignidad la América nuestra que tan bellamente dibujó con palabras José Martí, en concordancia con ello, dijo que la historia nos juzgará por cuánto logremos avanzar en esos propósitos de los que hoy depende hasta la propia sobrevivencia de nuestras identidades latinoamericanas y caribeñas.
Fuente y foto: Diario Granma.