Es deber de padres y madres controlar y enseñar a discernir en el uso de las tecnologías. Foto: Granma. |
Junto a la excesiva exposición a los celulares y las computadoras, los dos años de aislamiento por la pandemia de COVID-19 han traído un incremento de la miopía en los menores, fenómeno detectado en varios países y que se manifiesta también en Cuba.
Apenas se empezaron a
levantar las cuarentenas, y en el Instituto Nacional de Oftalmología Ramón
Pando Ferrer, del municipio de Marianao, comenzaron a notar un comportamiento
extraño, explica la máster en Ciencias Teresita de Jesús Méndez, integrante
de la consulta de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo.
Los adultos deben regular el tiempo de exposición a pantallas digitales. Foto: J. Rebelde. |
El aumento se apreciaba desde hacía tiempo, pero, al reabrirse los servicios, después del control de la pandemia, se a notó un crecimiento en la pérdida de la visión en los más pequeños, explica la especialista. Pacientes ya identificados regresaban con una progresión importante del defecto refractivo y la longitud axial del ojo, que provoca disminución de la visión.
Aunque todavía no existen estudios a nivel nacional, las estadísticas comienzan a dar una tendencia, equiparable a la mostrada hoy en el mundo y que ha conducido a un llamado de atención por la OMS.
Los criterios especializados coinciden en algo: el
aislamiento generado por la pandemia motivó un uso prolongado de los equipos
con pantalla: televisores, computadoras, celulares o tabletas. Con ello, se
incrementó el peligro de daño visual.
Máster en Ciencias Teresita de Jesús Méndez. Foto: Juventud Rebelde. |
Ante esos “truenos”, cualquier familia aguantaría la respiración, ante la pregunta: ¿Es irreversible una miopía en niños? “No es reversible -responde la doctora Teresita de Jesús-, pero es tratable. O mejor dicho: a tiempo, las soluciones pueden estar a la mano”. (Redacción Digital. Con información de Juventud Rebelde)