El tema de los “apagones”, tan recurrente por estos tiempos en los más diversos escenarios en Cuba, requiere, más que comentarios callejeros, acciones concretas en los centros laborales, comunidades y hogares.
Si cada cubano apaga una luz innecesariamente
encendida o un equipo electrónico sin necesidad de funcionamiento en ese
momento, hace una contribución importante a la economía del país y al bienestar
general.
El municipio de Guanabacoa, a la vera de la bahía de La Habana, cuenta
con mil 300 centros de producción o servicios, distribuidos en sus ocho consejos
populares.
La Oficina Provincial de Uso Racional de la
Energía, a través de la Comisión Energética local, presta
suma atención al comportamiento de los indicadores de consumo en esas
entidades, a fin de evitar excedan los planes que se les han fijado, como forma
de contribuir al ahorro y, por consiguiente, a la disminución de los “apagones”.
Del total de esos objetivos económicos o sociales, 57 están clasificados
como altos consumidores de electricidad y reciben diariamente la visita de los
inspectores de la mencionada oficina.
Hasta el momento, ninguno de los
centros controlados está sobregirado en el plan que le corresponde de consumo, establecido por el Ministerio de Economía y Planificación y la Unión Eléctrica.
Por sus positivos resultados, se considera una acción necesaria ese chequeo
sistemático, a fin de que cada entidad cumpla con las medidas de ahorro
energético.
Ello explica por qué el Consejo de la Administración Municipal en Guanabacoa tiene esta tarea entre sus prioridades. (Ramón Lantigua. Ilustración: Tribuna de La Habana)