Jorge Fornet: Casa de las Américas es la vida


Jorge Fornet es licenciado en Letras, investigador titular, doctor en Literatura Hispánica y miembro de la Academia Cubana de la Lengua. Desde 1994, trabaja como director del Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas y de la revista homónima de esa distinguida institución habanera.

Entre sus obras literarias podemos encontrar títulos como El escritor y la tradiciónEn torno a la poética de Ricardo Piglia (2005); ¿Para qué sirven los jarrones del Palacio de Invierno? (2006); y Los nuevos paradigmas. Prólogo narrativo al siglo XXI (2006), merecedor del Premio de la Crítica y del Premio Alejo Carpentier de ensayo. Al conocer su trayectoria pueden sorprendernos las peripecias que vivió para llegar a la Universidad de La Habana.

-¿Por qué las Letras? ¿Desde niño le interesó esa carrera?

_No. Tuve un camino un poco sinuoso. Mi padre (Ambrosio Fornet) era editor, crítico literario y uno podría pensar que, por tanto, a mí me tocaba el camino del arte y las letras. Sin embargo, hice todo lo posible por eludirlo. Mi sueño era estudiar Física, pero fui tan mal estudiante en el preuniversitario, que no me alcanzó el promedio. Cuando me gradué, en  1980, el requisito para optar por la carrera era tener más de 88 puntos. Yo no llegaba a esa nota y no pude participar en la primera vuelta. En la segunda, tampoco me llegó. Entonces, no cogí nada porque solo quedó Pedagógico y no me interesaba.

“Luego, tuve el privilegio de que me enviaran dos años para el Servicio Militar General (SMG). Allí me tocó ser telegrafista en la Marina y fui a Angola en un barco. En ese tiempo pensé: Voy a hacer otra cosa. Me interesan las telecomunicaciones, y fracasé también. Así fui dando tumbos hasta que salió la Orden 20 del Ministro de las FAR, hoy llamada Orden 18. Por esa vía, tuve un año de preparación, en el entonces preuniversitario militar República de Panamá, en el municipio de Guines, actual provincial de Mayabeque. Pensé también en Ingeniería Industrial, pero cuando llegó el momento de pedir, seleccioné Letras. Comencé la carrera de Filología en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana y, como leía mucho, tuve cierta ventaja durante los estudios”.

-Al acercarnos a su creación literaria podemos comprobar la influencia de la obra del escritor argentino Ricardo Piglia. ¿Por qué le gusta investigar sobre la poética de este autor? ¿Qué le inspiró a hacerlo?

_A Piglia lo descubrí en una de mis lecturas de juventud, con su novela Respiración artificial (1980). Me gustó mucho y, tiempo después, cuando me gradué de la Universidad y estaba estudiando mi beca en México, volví a encontrarme con su obra en un curso de Literatura. A la hora de buscar tesis, los temas son infinitos y lo escogí a él para desarrollar mi investigación porque, además de ser un gran escritor, constituye uno de los mejores críticos de la literatura argentina.

“Me inspiró su manera de hacer una tradición literaria de forma natural. He escrito mucho sobre él, pero casi que me saturé porque cuando haces una tesis terminas siendo la persona que más conoce del tema, pero, al mismo tiempo, terminas saturado. Has leído tanto sobre eso que te quieres desprender y pasar a otra cosa. Con Piglia me sucedió así”. 

-Utilizando como escenario el inicio de un nuevo año reflexionamos y nos trazamos metas. En este 2023, ¿cuáles son los principales propósitos desde la dirección de la Casa de las Américas?

_Las metas son importantes y, a veces, en estos tiempos se vuelve cuesta arriba cumplirlas. En nuestra institución las publicaciones se han visto reducidas al mínimo. Las digitales constituyen un complementario maravilloso, pero no suplen la impresión de libros y revistas. De todos modos, desde el centro, seguimos pensando la manera de ser fieles a la tradición y modificarla al mismo tiempo. Realizaremos un premio en abril, la Semana del autor; a finales de año y queremos continuar con Valoración múltiple, una serie de libros dedicados a estudiosos de la literatura.

“Además, tenemos un número de la revista Casa de las Américas en proceso. Recientemente publicamos uno en homenaje al centenario de Haydée Santamaría. El que estamos redactando trata sobre la narrativa gráfica del continente, porque las revistas trabajan con la palabra, pero existe un importante movimiento de novelas gráficas, en el mundo y en América Latina en particular. Desde la Casa, todo el tiempo estamos luchando con los inconvenientes propios de nuestra época”.

-He leído entrevistas y trabajos periodísticos del año 2020 donde usted ofrece una caracterización de Roberto Fernández Retamar, desde su experiencia trabajando con él en la dirección de la revista Casa de las Américas desde el 2010. En esta ocasión, quisiera que más allá de darme su opinión sobre esta personalidad me cuente alguna anécdota de esos años de trabajo. 

_Una vez nos visitó en la Casa, el escritor mexicano Juan Villoro. Retamar estaba hablando con él y le dijo: Yo me acuerdo que estábamos Neruda y yo, cuando fuimos a ver al Che. Hacía el cuento tan natural y yo pensaba: Este hombre fue con Pablo Neruda a conocer al Che, ¿eso es posible? Bueno, Retamar lo había vivido. Entonces, imagínate tú, hablar con una persona así y que te hacía sentir a su altura. Me fui impregnando de todo aquello y cuando terminaba las conversaciones con él, había aprendido mucho.

“Lo mismo me ocurría con Aurelio Alonso, subdirector de la revista, que también es un sabio. Cuando nos reuníamos los tres, estaban los dos sabios y yo, un pobre absorbiendo conocimiento. Esa experiencia creo que fue lo más rico de los años junto a Retamar. Más allá de lo que uno aprende en el trabajo con alguien que sabe y que le gusta enseñar, lo mejor fue esa cosa del diario”.

-¿Qué consecuencias le atribuye al proceso de digitalización que está ocurriendo con la literatura en el mundo, y que por tanto, no le resulta ajeno a nuestro país?

_Por una parte, estoy un poco alejado de las redes. Si buscaste y no me encontraste, es porque no tengo nada de eso. La gente me dice: Tú eres un bicho prehistórico. Le hago un rechazo absurdo. Entiendo que es así porque existen personas que utilizan las redes con propósitos inteligentes, pero hay otras que invierten mucho tiempo en ello, a veces en cosas tan superfluas, como que Fulanito comió esto ayer. Eso es algo trascendental, pero no me interesa. También sé que las redes no son solo eso, y tampoco pienso que esté mal.

“Dicho esto, me parece fabuloso el proceso de digitalización. Me hace cuestionarme no solo su papel como soporte para exponer ideas, sino hasta qué punto las modifica. La revista se hace de manera digital y nos ha brindado acceso a muchas bibliotecas. A la vez, contamos con el riesgo inevitable de que cuando tenemos mucho no sabemos por dónde empezar. Ahora mismo podemos obtener más información y no por eso veo que todos seamos más inteligentes que lo que éramos 20 años atrás”.

-En una entrevista publicada en el blog Cubarte, Portal de la Cultura Cubana, en el año 2020, usted afirmó: “Volveremos a encontrarnos con un mundo casi idéntico al de antes”, haciendo referencia a la nueva normalidad después de la cuarentena por la pandemia del COVID-19. Tres años después… ¿Considera que ha sido así? 

_Creo que fui un irresponsable al decir eso; pero, al mismo tiempo, creo que sí. Pese a las modificaciones, porque esa etapa nos cambió  para siempre, estamos en lo mismo. Los problemas que tenemos, la pandemia los recrudeció, pero no los inventó. Estamos peor que si no hubiera habido pandemia, pero no mucho peor. Creo que por dentro seguimos siendo muy parecidos.

“La pandemia nos enseñó que somos frágiles y podemos desaparecer fácilmente. Por eso, pensamos que iba a salir lo mejor del ser humano, pero no. En un momento de crisis está comprobado que sale lo mejor y lo peor, en ocasiones, lo peor prevalece. Lamentablemente estamos muy cerca del punto de partida. Creo que yo tenía un poco de razón”.

-Quiero conocer sobre sus gustos y preferencias.

Color: ``Nunca he dudado que sea el azul. Soy daltónico, no distingo bien los colores, pero creo que ese lo reconozco siempre´´.

Sabor: ``Disculpa que sea tan elemental, pero el chocolate es de mis predilectos´´.

Canción: ``Voy cambiando por épocas. Soy de la generación que cantó mucho los temas de Silvio Rodríguez, cuando no estaba tan extenuado, que salía en la sopa todos los días. Fui cambiando a Fito Páez y a Joaquín Sabina. Las canciones que más me gustan suelen ser viejas. Cuando estaba en el pre del Vedado, era fiel oyente de las estaciones de Estados Unidos, que se escuchaban mucho en Cuba cuando no había Internet, ni paquetes, ni datos. En la escuela cantábamos esas canciones en inglés sin saber una palabra del idioma. Te imaginarás que eran unos engendros´´.

Libro: ``Recuerdo tres libros que terminé y empecé a leerlos de nuevo. Cuando era niño me sucedió con ``Las aventuras de Tom Sawyer´´, de Mark Twain; siendo adolescente me ocurrió igual con ``El guardián en el trigal´´, de J. D Salinger; y en el último año del preuniversitario me pasó lo mismo con ``Cien años de soledad´´, de Gabriel García Márquez. Cuando uno tiene de profesión la literatura, lee de otro modo y es difícil leer con la inocencia de antes. Estos libros los conocí previo a la etapa literaria en mi vida y los leí con mucha pasión. Fueron los que más me emocionaron y, tal vez, hasta me modificaron. 

Autor: ``Me estás haciendo avergonzarme porque me doy cuenta de que soy muy maleable. No soy tan decidido con los gustos como para decir `Shakira de hoy por siempre´. Con los autores me pasa lo mismo. Tenía una buena biblioteca en mi casa y había autores que cuando me enganchaba con ellos leía todas sus obras. Me sucedió con García Márquez, Mario Benedetti, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, y con Piglia en una cuestión más reflexiva para mi tesis. Quería agotarlos y saber todo sobre ellos´´.

_ ¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?  

_En mi tiempo libre leo mucho, camino un poco, veo películas y series. Me encanta la vida familiar. Entre la calle y la casa prefiero la casa. Trato de aprovechar la vida cultural en el teatro y los festivales de cine, pero no concibo otro modo de disfrutar que fuera del entorno familiar. Podría decirte que me gusta sentarme en el Malecón las noches de luna llena, pero no, mejor te digo la verdad.

_¿Tiene mascotas?                                    

_Es una pregunta que llega en el momento justo. Si me la hubieras hecho durante los últimos 20 años te diría que no, pero hace unos días, llegó una mascota. Mi hijo siempre quiso tener una, él ya es un hombre, pero encontró una gatica callejera, tricolor y sata. Yo me resistía porque los gatos tienen la pésima costumbre de comer todos los días y, en estos momentos, eso es difícil, pero es de lo más bonita y la tenemos en la casa.

_¿Qué lo hace feliz?

_Tantas cosas. Hay gente que dice que la felicidad no existe, que solo hay momentos de felicidad. No sé si existe o no, pero yo me siento feliz muchas veces, y no puedo decirte exactamente por qué, pero la verdad es que disfruto la vida, creo que es un don. No soy creyente, no sé quién nos dio el don, pero lo disfruto en la medida de mis posibilidades y me hacen feliz las pequeñas cosas. Hay muchas cosas que me dan cuotas de felicidad.

_¿Cuál considera que ha sido su mayor logro?

_Ahí se mezclan cosas familiares, con profesionales, con momentos junto a amigos y compañeros de trabajo. En el plano personal, mi mayor logro ha sido formar una familia con ciertas cuotas de felicidad. En el plano profesional, haber hecho cosas en la Casa que puedan servir a otros, haber cumplido más o menos decorosamente, lo que me ha tocado, haber escrito libros que he querido, y que han tenido buena acogida. He tenido suerte en eso.

_¿Un sueño por lograr?

_Mi sueño es ir haciendo la vida, disfrutar de lo que me hace sentir satisfecho conmigo mismo y con los demás. Quiero continuar mi vida con salud, algo tan elemental para seguir adelante, tener una rutina parecida a la que llevo, con mis deberes en la Casa y mi entorno familiar. Tal vez con la respuesta no cumplí con las expectativas del sueño de cantar y llegar a los Premios Lucas, pero es la verdad.

-Ahora le diré unas palabras. Respóndame con una frase qué significa cada una para usted:

Literatura: "Emoción".     

Familia: "Maravilla".

Amigos: "Excelencia".

Casa de las Américas: "`La vida".

Cuba: "El todo".

(Redacción digital. Con información de Tribuna de La Habana)

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