Dos meses después de instalarse en el Museo Nacional de Bellas Artes, la exposición Medusa's Hope, del artista belga Koen Vanmechelen interroga y seduce al público habanero con su representación de un mundo alternativo.
Calificada por su curador Jorge Fernández como un himno
a la vida, la muestra convida a respetar a todos los seres de la Tierra, al
tiempo que conjuga en una treintena de obras diversas manifestaciones
artísticas, la mayoría de ellas nunca antes mostradas al público.
La esperanza de Medusa (título en español) presenta
el viaje que atraviesas como creador, buscando el amor y los espacios adecuados
para presentar tu trabajo, afirmó Vanmechelen, quien manifestó su amor por la
entidad cultural de Cuba que acoge su obra, pues en ella se puede sentir el
espíritu cubano.
Hasta el próximo 2 de abril, la exhibición aproxima
a una muestra centrada en los conceptos de hibridación y contaminación, en aras
de descubrir la sinergia entre naturaleza y cultura, ciencia y arte, a través
de la peculiar visión del artista.
Vanmechelen esparció su talento por dos plantas del
Edificio de Arte Universal, las cuales demuestran la perspectiva
filosófico-artística sobre la existencia humana del pintor y escultor, que
posee un interés particular en la antropología, la bioética; la protección de
los derechos humanos y la biogénesis.
La exposición incluye las piezas inéditas Bang Bang,
inspirada en la lucha contra la COVID-19, la serie New Generation, la cual consiste
en paneles cubiertos de plumas, máscaras de cristal y animales híbridos, así
como también Medusa, retrato mural de ocho metros de largo de su compañera de vida,
Chido Govera.
A juicio del también director del museo, Fernández,
el creador deconstruye con esta pieza el mito que, desde una historia fabulosa,
ha legitimado la violencia sexual contra la mujer, haciendo una reversión del
mismo para humanizarlo y entenderlo desde la subjetividad femenina.
Si miran cuidadosamente la imagen de la Medusa que
creé, si se fijan en las figuras de serpientes, estas sufrieron una
transformación para tener cabezas de pollos; pues según la ciencia, en los
comienzos de la vida en la Tierra los primeros seres fueron reptiles y aves. La
transformación que hice de esas imágenes es algo asociado a la genética, señaló
el artista.
De esta manera Vanmechelen transforma el museo en un
lugar de curación, y abre en nuestro turbulento mundo una grieta hacia un
futuro diferente, más esperanzador, reseña la presentación del proyecto.
El artista belga participó en la XII Bienal de la
Habana en 2015, espacio que sirvió de escenario para una instalación In situ,
que conectaba arte y ciencia, al tiempo que reintrodujo la extinta gallina
cubalaya en la isla caribeña. (Prensa Latina)