Vuelve Conjunto Folklórico al Teatro Nacional de Cuba (+ fotos)

El Conjunto Folklórico Nacional de Cuba se presentará en la sala Avellaneda del Teatro Nacional los días 18, 19 y 20 de agosto: viernes y sábado a las 19:00 (hora local), y domingo a las 17:00.

En ese distinguido espacio cultural del municipio habanero de Plaza de la Revolución, el programa se insertará en actividades por las seis décadas de la primera función de la afamada compañía, efeméride celebrada el 25 de julio último.

A los jóvenes herederos del legado del sabio cubano Rogelio Martínez Furé les corresponderá defender un repertorio conformado por obras muy conocidas y otras no tanto, que también han dejado su huella en la agrupación y en la cultura cubana.

El espectáculo incluye piezas que hace mucho no suben a la escena y que marcaron momentos cumbres en la historia de la formación: Cautivos (libreto y coreografía de Manolo Micler), Okún (libreto y coreografía de Micler) y Olokun (Pas de Deux, libreto y coreografía de Santiago Alfonso).

Muchas de las obras previstas para esta temporada de teatro del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba vieron la luz cuando la compañía celebró sus primeros 45 años; desde entonces, han sido defendidas por las generaciones de músicos y bailarines que han transitado por ella.

Del maestro Micler, Premio Nacional de Danza y antiguo director de la compañía, es también Habanera, mientras que Ave María la Rumba, con la firma de Francisco (Pancho) González, servirá para recordar a Luis Carbonell (1923-2014) en el centenario de su natalicio.

Oguere (canción de cuna del cancionero popular cubano), con coreografía de Roberto Espinosa, está incluida en el diseño del programa, además de Oyá, también de Espinosa; Ayanu (de Micler), Danzón Barroco (de Santiago Alfonso) e Isora Club (de Micler).

Para el cierre, se reservó Carnavaleando, con libreto y coreografía de Micler, divertimento que expresa, a través de complejas polirritmias y diversos bailes, como la Tahona, el Guaguancó, la Columbia y el baile de la chancleta, el jolgorio que explaya la alegría de estas manifestaciones rumberas y carnavalescas.

Toques, cantos y danzas ancestrales de procedencia africana dialogarán con sonoridades propias de la cultura cubana, conformando un espectáculo de altos valores estéticos que aportarán -antropológicamente hablando- elementos importantes para entender mejor el proceso de la conformación de la identidad del cubano. (Digna Rosa Pérez Morejón)