La Escuela Cubana de Wushu, en el Barrio Chino de La Habana, dirige su mirada a los adultos mayores, para llevarles salud y calidad de vida a través de esta disciplina.
Con 74 años de edad, Cándida Guillén es líder natural de
esta tropa, seguidora de lo que en Cuba es tradición y herencia ancestral de
los migrantes chinos que llegaron al país caribeño.
La iniciativa, que distingue al municipio de Centro Habana,
reúne a decenas de personas de la tercera edad en busca de la armonía, la
salud, el bienestar y paz interior que trasmite este arte marcial legado del
lejano oriente.
Sobre las características de la escuela, ella explicó a Radio Ciudad de La Habana:
Nuestro alumnado son personas que practican las técnicas que permiten moldear el cuerpo y la mente, de manera tal que las personas puedan aspirar a ser longevas. Nosotros luchamos por la vida, por alargar nuestra salud.
Añadió que, como parte de los proyectos, la entidad promueve
la participación del adulto mayor, no solo en La Habana, donde hay más de 70
parques donde se practica con profesores que se preparan en esta escuela.
Hemos abierto las puertas para todos los adultos mayores de Cuba -significó- a todo el que se quiera sumar a estas prácticas que aportan salud para la vida. Con resultados muy positivos, la mayoría de estos ancianos han venido a la escuela hipertensos, diabéticos, y aquí los ayudamos a no depender de los medicamentos; a través de estas prácticas, mejoran su salud.
Apuntó que, “cuando se extendió la enseñanza del Wushu en
Cuba y se vieron los primeros ancianos practicando Tai chi (modalidad del
Whushu), en explanadas y parques de barrios, algunos pensaron que la moda era
pasajera. Hoy, la práctica se ha extendido más porque son muchos los
beneficios”.
Fundada en 1995, a propósito de la celebración en octubre de las relaciones diplomáticas entre Cuba y China, esta escuela ha contribuido a estrechar los lazos bilaterales. Más allá de las preseas internacionales ganadas y las invitaciones para recibir a personalidades, ha contribuido a la vida y la salud del adulto mayor en todo el país antillano.
Más de ocho mil practicantes de Wushu en Cuba, incluidos
unos tres mil en La Habana, dan fe de la acogida popular por sus reconocidos
beneficios que ha reportado este ancestral arte marcial, en el que elementos
tradicionales autóctonos se imbrican a los de la nación asiática. (Milena Céspedes Milán)