A principios del siglo XX, integró la Junta Patriótica de La Habana Bernarda del Toro, la amantísima esposa del Mayor General Máximo Gómez, dominicano de nacimiento, quien se convirtió en uno de los principales jefes de las luchas cubanas por la independencia.
Entre las muchas mujeres cubanas que sobresalieron en las gestas
libertarias estuvo Bernarda, quien era
una adolescente de 16 años cuando, tras el levantamiento del 10 octubre de 1868,
su madre hizo arder la casa familiar de Jiguaní para unirse a las tropas
mambisas en Charco Redondo, donde luego la joven conoció a Máximo Gómez, con
quien poco después se casó, sin que ninguna contingencia de la guerra los
separara, refiere el periodista Oscar Ferrer, en artículo que difunde la
emisora nacional Radio Reloj.
Un rancho de yaguas acogió la ceremonia nupcial y sirvieron
de testigos Fernando Figueredo y Salvador Cisneros Betancourt.
Los 13 hermanos de Bernarda del Toro, llamada por Gómez Manana, se sumaron a la guerra, y
algunos de los hijos de la valerosa patriota nacieron en la manigua.
MANANA, FIRME PATRIOTA
A fines de 1877, Bernarda del Toro pasó a Jamaica con sus
hijos, y al año siguiente se reencontró con Gómez en Santo Domingo.
Luego, la pareja pasó por Honduras y los Estados Unidos, antes
de volver a Quisqueya.
Tanto Antonio Maceo como José Martí tuvieron en alta estima
a Manana, a quien el Apóstol le escribió una carta, iniciada ya la guerra del 95,
en la cual le exponía su aprecio.
Con Gómez ya nuevamente en combate, su esposa e hijos
estuvieron sometidos a serias privaciones.
La delegación cubana
en Nueva York le ofreció a Manana ayuda económica, pero ella respondió: “No se
debe gastar en pan, lo que hace falta para pólvora”.
Derrotada España, Bernarda del Toro volvió a Cuba, enviudó en 1905, se sumó a la Junta Patriótica de La Habana y murió en esta ciudad el 29 de noviembre de 1911. (Redacción digital)