Con epicentro en La Habana, el Instituto Cubano del Arte e
Industria Cinematográficos (Icaic) festeja sus 65 años, y un grande de la
cartelística merece ser homenajeado: Eduardo Muñoz Bachs.
Uno de los afiches más recordados y célebres de este artista
es el que anuncia el documental Por
primera vez, de Octavio Cortázar, en el cual recrea la figura de Charles
Chaplin entre un campo de flores y cuya imagen se ha convertido en un ícono del
Icaic.
Imagen: red social X. |
Exponente de la Escuela Cubana del Cartel Cinematográfico, fue laureado en reconocidos festivales del séptimo arte en Cannes, París y Hollywood, además de en concursos de ilustración de libros infantiles en Japón y Cuba.
Asimismo, recibió el Premio del Ministerio de Cultura por el
conjunto de su obra.
Por demás, la colección de afiches cubanos de cine, que en
buena parte son creación de Muñoz Bachs, forma parte del Registro Nacional del Programa Memoria del Mundo de la Organización
de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
DE VALENCIA A LA
HABANA
Eduardo Muñoz Bachs nació el 12 de abril de 1937, en
Valencia, pero la Guerra Civil Española empujó a la familia a Francia, donde
estuvieron en un campo de concentración.
Luego salieron para República Dominicana, hasta llegar a
Cuba. Contó que, de niño, prefería dibujar su mundo y no dejaba en blanco ni
papel ni cartulina que llegara a sus manos.
Para ello, buscaba la soledad de su cuarto, aunque de vez en
cuando escuchaba la radio.
Muñoz Bachs se inició
desde temprano en el dibujo animado para la televisión, de ahí pasó a la
agencia publicitaria Siboney y, con el surgimiento del Icaic, comenzó a hacer
historietas fílmicas.
Su primer cartel fue una petición del cineasta Tomás Gutiérrez Alea para la película Historia de la Revolución y, desde entonces, creó unos 200 afiches hasta que la muerte lo sorprendió el 22 de julio de 2001.
EL CARTEL, UN ARTE.
Para Muñoz Bachs, el cartel no fue un arte menor, y decía
que grandes del pincel, como Pablo Picasso y Henri Toulouse-Lautrec, se
dedicaron a pintarlos.
Sobre la plástica cubana, expresó que no se menciona el
afiche, cuyos autores fundaron una escuela respetada por su labor artística, y
agregó que su cartel no era para
destacar actores, sino para recrear artística y sugerentemente el mensaje
central del filme en cuestión.
En sus obras, está presente el guiño humorístico que reta al
público a decodificarlo.
Usaba también colores planos, vivos, brillantes, con
abundancia del negro, y se apoyaba en el
manejo hábil de la técnica de la serigrafía.
La crítica nacional e internacional concuerda en que Muñoz Bachs estuvo siempre asociado a la excelencia creativa y la originalidad, y como ejemplos están Cayita, una leyenda, Vampiros en La Habana y los Filminutos. (Tomado de Radio Reloj. Foto de portada: red social X)
FNY