Cuba conmemora este 16 de agosto la fundación, en 1925, de su primer Partido Comunista, con una orientación marxista-leninista y expresión de continuidad de las luchas emancipadores en el país.
De acuerdo con apuntes históricos, una vieja casona del
residencial Vedado capitalino, acogió a unos 18 delegados de diversas
agrupaciones comunistas, convocadas por los revolucionarios, Carlos Baliño, Julio Antonio Mella y José
Miguel Pérez, a la sazón su primer secretario general.
En ese contexto, fueron decisivas las contribuciones a la
naciente organización política de Baliño, el veterano combatiente que se unió
al Héroe Nacional, José Martí, en la
creación del Partido Revolucionario Cubano, y Mella, el dirigente estudiantil ferviente defensor del ideario
del Apóstol.
Al igual que otras fuerzas del mismo corte que surgieron en
el entorno de la década del 20 del siglo pasado, el Partido se afilió a la III Internacional, fundada por Vladimir Ilich Lenin, el líder de la
primera revolución socialista del
mundo, en Rusia.
Pese a no contar con robustos conocimientos teóricos sobre
el comunismo, sus integrantes
propusieron programas de reivindicaciones para los obreros y campesinos, y
desplegaron actividades por los derechos de la mujer y la juventud.
#CubaViveEnSuHistoria: El 16 de agosto de 1925 fue fundado el primer Partido Comunista de #Cuba🇨🇺, liderado por Carlos Baliño y Julio Antonio Mella. Esa semilla fue uno de los antecendentes del actual @PartidoPCC, vanguardia del pueblo y el alma de la Revolución.#GenteQueSuma pic.twitter.com/yVtj66ML6Q
— Alfonso Noya Martínez🇨🇺 (@alfonso_noya) August 16, 2024
Ese momento fundacional, junto a la creación, días antes, de
la Confederación Nacional Obrera de Cuba,
significó un nuevo auge de las luchas sindicales contra el régimen de Gerardo
Machado, quien emprendió una feroz represión contra el Partido.
Con apenas 15 días de fundada, la agrupación política tuvo
que sumirse en la más absoluta clandestinidad,
toda vez que, bajo el pretexto de ser español, el secretario general electo fue
deportado y varios de sus miembros fueron detenidos, entre estos Baliño, quien
falleció al año siguiente.
Por su parte, Mella sufrió procesos judiciales y fue
reprimido el incipiente movimiento obrero, como parte de la persecución y las
prohibiciones establecidas por el régimen de Machado, que impidieron la vida
pública de esa fuerza política, ilegal en la Isla hasta 1938.
Los integrantes de esa filiación política eran reconocidos
por su honestidad, prestigio y abnegación, cualidades que le granjearon enorme
prestigio entre las fuerzas que aspiraban a la soberanía e independencia de
Cuba.
La historia resalta la ejecutoria de líderes comunistas al
frente del movimiento obrero como Jesús
Menéndez y Aracelio Iglesias, Lázaro Peña, o intelectuales del
calibre de Juan Marinello y Carlos Rafael Rodríguez.
Con el triunfo de la Revolución Cubana, en 1959, tuvo lugar
un proceso de unificación de las fuerzas que combatieron el régimen de
Fulgencio Batista, el Partido Socialista
Popular se unió al Movimiento 26 de
Julio y al Directorio Revolucionario
13 de Marzo en las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), en 1961.
Las ORI se convirtieron, casi un año después, en 1962, en el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, hasta que en octubre de 1965 retomó el nombre de Partido Comunista de Cuba.
(Redacción Digital, con información y foto de portada de Prensa Latina).
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