El próximo 2 de septiembre, más de un millón 600 mil estudiantes de la Educación General volverán a las aulas en Cuba; muchos con el entusiasmo y la alegría de reencontrar a sus amigos y profesores, otros con la inquietante curiosidad de descubrir un mundo nuevo.
Apenas faltan unos días para que esta nación antillana se
vista, una vez más, del colorido que sus niños y adolescentes le aportan, al
regresar a ese espacio añorado que es la escuela. Sin embargo, es sabido que el
sueño y el empeño para hacerlo posible comienzan desde mucho antes.
Quedará a la vista la voluntad
que el sistema educacional, las familias y el país realizan por estos días,
para asegurar las condiciones para el inicio y posterior desarrollo del curso
escolar 2024-2025.
Será un periodo signado por carencias materiales, ante la
crisis económica que atraviesa una nación que, sin embargo, destina cerca del 20 por ciento de su presupuesto a
preservar esta conquista de la Revolución. Gracias a ese esfuerzo descomunal,
habrá un puesto seguro en las aulas para cada uno de los niños y adolescentes
cubanos.
Ahora es el momento de involucrar más a las familias en el
quehacer de las escuelas; para educar a la comunidad en torno a la protección
que no debe faltar a nuestros niños y adolescentes, y para dar continuidad a
las nuevas formas de trabajo establecidas en el III Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación.
Se acerca un día esperado. Cuba volverá a ser noticia, al
invitar a cada uno de sus pequeños a la fiesta
de inicio del curso escolar, fiesta de la alegría, del conocimiento y del
saber. (Redacción Digital. Con información y foto del diario Granma)
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