A 65 años de su fundación, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) continúan siendo una fuerza viva en cada barrio cubano.
Desde su creación el 28 de septiembre de 1960, en respuesta a las agresiones externas, los CDR han encarnado la organización popular para proteger la Revolución desde la base.
Hoy, en un contexto social y tecnológico transformado, Gerardo Hernández Nordelo —coordinador nacional de la organización y Héroe de la República— reafirma que la misión esencial no ha cambiado: “Si un día cambiara esa misión, habría que transformar hasta nuestro nombre y terminaríamos desapareciendo”
La vigilancia revolucionaria ha evolucionado. Ya no se realizan guardias nocturnas como antaño, pero la necesidad de proteger lo logrado persiste. “Si bajamos la guardia, vuelven los sabotajes y las agresiones”, advierte Gerardo.
La respuesta ante delitos comunes, como el robo en una bodega, debe surgir de los propios vecinos: “No podemos emitir una resolución nacional que diga cómo cuidar cada cuadra; eso corresponde a la comunidad”.
Reconoce que existen CDR inactivos o con deficiencias, pero insiste en que eso no invalida su utilidad. La defensa de la Revolución sigue siendo una apuesta por la paz y la tranquilidad del pueblo.
La recogida de materias primas, ahora vinculada al Grupo Empresarial de Recuperación, permite que las familias reciban ingresos por su aporte.
Iniciativas como Cultiva tu Pedacito han convertido antiguos basureros en huertos comunitarios, fortaleciendo la solidaridad y la seguridad alimentaria.
Gerardo destaca el papel creciente de los jóvenes: “Ya existen coordinadores y activistas con ideas frescas en todo el país. Un presidente de CDR puede no saber usar WhatsApp, pero un joven del barrio puede crear el grupo para coordinar actividades. Esa combinación es clave”.
Durante septiembre, se desarrolló un amplio movimiento de masas con jornadas de limpieza, embellecimiento, homenajes, exposiciones y entrega del Premio del Barrio.
Se realizaron encuentros con dirigentes históricos y productores del movimiento Cultiva tu Pedacito, reafirmando el carácter familiar y comunitario de la organización.
“No estamos en el lugar donde quisiéramos, pero trabajamos sin descanso para llegar”, concluye Gerardo. Su mensaje es claro: los CDR deben estar a tono con los nuevos tiempos, sin renunciar a su esencia.
(Con información y foto tomada de Cubadebate)
SST