La madrugada del 29 de octubre se vivió con intensidad en el oriente cubano. El huracán Melissa, aún con categoría tres, dejó huellas de preocupación y resistencia.
Desde la red social X, el presidente del Consejo de Defensa Nacional, Miguel Díaz-Canel, llamó a no confiarse: “Ha sido una madrugada muy compleja. Daños cuantiosos, y aún el huracán #Melissa sigue sobre territorio cubano.
Pido a nuestro pueblo no confiarse, mantener la disciplina y continuar a buen resguardo. En cuanto las condiciones lo permitan, vamos a la recuperación. Estamos listos”.
Según el Instituto de Meteorología, el ojo del ciclón cruzó por Contramaestre, en Santiago de Cuba, dejando una calma inquietante de 35 minutos. Aunque sus vientos han descendido a 185 km/h, Melissa sigue siendo un sistema poderoso.
La tierra cubana, en diálogo con el viento, comienza a debilitar al huracán. Pero la alerta persiste. La disciplina y el resguardo son ahora gestos de amor colectivo.
Desde cada emisora, cada voz comunitaria, se multiplica el llamado a la protección y a la esperanza. Porque Cuba, como símbolo de resiliencia, se prepara para sanar.
Con información de Prensa Latina y foto tomada de Internet