14 de agosto.
1743. Por Real Cédula del Monarca español Felipe V, se le otorgó el título de ciudad a Guanabacoa. Igualmente, se le concedió el escudo en armas.
Este escudo en su parte superior consta de una corona ducal consistente
en un círculo de oro adornado de piedras preciosas y embellecidas por ocho
grandes florones. También aparecen los antiguos torreones de Bacuranao y
Cojímar, un pedazo de mar y una montaña; además, se refleja el collar de la
cruz de Carlos III en su parte inferior.
1870. Fallece en La Habana Manuel Saumell.
Músico y compositor, calificado
como el iniciador del nacionalismo dentro de la música cubana.
Alejo Carpentier, en su libro La
Música en Cuba, señaló que, gracias a la obra de Saumell, se fijaron y
pulieron los elementos constitutivos de una cubanidad que estaban dispersos en
el ambiente y no salía de las casas de baile para integrar un hecho musical
lleno de implicaciones.
1881. El prestigioso científico cubano Carlos Juan Finlay hizo público
su notable descubrimiento de que el mosquito Aedes aegypti era el agente
trasmisor de la fiebre amarilla.
Esta alocución se llevó a cabo en
el edificio situado en la calle Cuba, No. 460, en La Habana Vieja, donde
funcionaba la Academia de Ciencias Médicas, Física y Naturales de La Habana.
1920. Nace en La Habana María Teresa Linares, sobresaliente musicóloga
y pedagoga.
A ella se debe la producción en
Cuba de la primera Antología de Música Afrocubana, serie discográfica de nueve
volúmenes, realizada por la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales
(Egrem).
Ha obtenido los títulos de doctora
Honoris Causa en Ciencias del Arte, Premio Nacional de Investigaciones
Culturales (1999); Miembro de Mérito de la Unión de Escritores y Artistas de
Cuba (2000) y el Premio Internacional Fernando Ortiz, en el mismo año. Además, ostenta la Orden Félix Varela, máxima
condecoración que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba a las
personalidades con extraordinarias contribuciones a la cultura artística y
literaria.
1925. Nace en La Habana Armando Fernández Soler.
Conocido en el universo artístico
como Cholito, fue una figura extraordinaria de las artes escénicas.
Desempeñó un destacado papel en
el teatro, el cine, la radio y la televisión.
Incursionó en el teatro lírico.
Antonio Palacios, uno de sus
principales maestros, lo instó a estudiar música y a aprenderse las zarzuelas y
las operetas. Sus enseñanzas fueron tan valiosas que llegó a dirigir el Teatro
Lírico.
Fundó y dirigió durante un buen
tiempo un programa en la televisión que se llamó Palco Uno.
Igualmente, actuó y dirigió
programas de radio y participó como actor en la realización de varias
películas.
Por su meritoria labor, le fueron
conferidos premios y condecoraciones, como la Distinción por la Cultura Nacional, la Medalla Raúl Gómez García, la
Réplica del Machete de Máximo Gómez, el Premio Nacional de Humorismo, el Premio
Nacional de la Radio y la condición de Artista de Mérito.
1970. El que se convertiría en un personaje emblemático que
representa a los luchadores por la independencia de Cuba, Elpidio Valdés, del
caricaturista cubano Juan Padrón, se reflejó por primera vez en la revista
Pionero.
Acerca de ello, Juan Padrón
especificó:
“Hacía la historieta del samurái
Kashibashi para la revista Pionero, y en ella aparecía un cubano del siglo XIX
que yo decía que era mambí. Le puse Elpidio Valdés para que se pareciera a
Cecilia Valdés y lo dibujé a la primera, sin boceto.
“El protagonista era Kashibashi,
pero este tipo (Elpidio), las cosas que decía, que yo hacía que dijera, me eran
mucho más simpáticas que las del japonés. Entonces viré las 12 páginas que
tenía ‘boceteadas’ y empecé toda la historia con Elpidio como protagonista.”
Varios años después, Elpidio
Valdés fue reflejado en el cine. Su propio creador concibió una serie de cortos
que fueron protagonizados por ese personaje que simboliza a un coronel del
Ejército Libertador Cubano, que dirige un escuadrón de caballería.
Muy pronto, Elpidio Valdés se convirtió en todo un símbolo, disfrutado por diversas
generaciones de niños, adolescentes y adultos.
1971. En la Ciudad Deportiva de La Habana, el Comandante en Jefe Fidel Castro rinde homenaje a la delegación deportiva cubana que asistió a los VI Juegos Panamericanos efectuados en Cali, Colombia, del 30 de julio al 13 de agosto. En la cita, los deportistas cubanos lograron 105 medallas: 31 de oro, 49 de plata y 25 de bronce, para alcanzar el segundo lugar por países. (José Pérez-Galdós Ortiz)