La aristocracia cubana frente al espejo (IV)

Gracias al libro Familias de Cuba, del conde de Jaruco y Mopox, hallamos un dato interesante: la noble ascendencia de Catalina Lasa del Río, una de las más bellas damas de la sociedad habanera, casada con Pedro Estévez Abreu, único hijo de la patriota villaclareña Marta Abréu.

Catalina Lasa, quien protagonizó uno de los más despampanantes y revolucionarios episodios de amor de la historia cubana, era miembro de la tercera línea descendiente de la casa Solar de Lasa, natural de la villa de Astigarreta, Guipúzcoa, País Vasco.

En aquellos lares, sus antepasados ostentaron el título de Hijosdalgos de esa villa, otorgado en 1792 por la Corona de España.

Esta señora de célebre belleza fue la primera cubana que obtuvo una dispensa papal para disolver su primer matrimonio y contraer, según las leyes francesas, segundas nupcias con el millonario sacarócrata matancero Juan de Pedro Baró.

Este era, por cierto, tercer marqués de Santa Rita y tercer vizconde de Canet de Mar, títulos de Castilla comprados a la Corona por su abuelo José Baró Blanxard, connotado negrero catalán, con la fortuna que hizo en Cuba como uno de nuestros más importantes tratantes de esclavos, lo cual constituye un caso típico de aristocracia indiana. (Gina Picart. Foto: Arquitectura Cuba)

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