La trascendencia histórica de 23 y 12, en La Habana


Por su significación histórica a la intersección de las calles 23 y 12, en El Vedado, La Habana, se le confirió la condición de Monumento Nacional.

Allí han tenido lugar actos relevantes en la etapa de la Revolución cubana.

El primero fue el 5 de marzo de 1960, cuando se realizó la despedida de duelo de las víctimas del vil sabotaje a La Coubre, barco francés que se hallaba en el puerto habanero con armas y equipos militares que el país había obtenido para garantizar el fortalecimiento del proceso revolucionario cubano ante las crecientes agresiones y amenazas de elementos contrarrevolucionarios y el Gobierno de los Estados Unidos de América.

Cuando la embarcación estaba siendo descargada, con todo el cuidado necesario, por un grupo de trabajadores portuarios e integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarios, una primera explosión provocó disímiles muertos y heridos.

Minutos después, cuando incluso miles de personas estaban presentes en la zona, prestándoles la ayuda a los que habían resultado heridos, otra potente explosión causó todavía mayor cantidad de muertos, desaparecidos y heridos.

En horas de la tarde del siguiente día, al hablar en el acto despedida de duelo de los caídos, el máximo líder de la Revolución, Fidel Castro, denunció que los estallidos en el barco La Coubre fueron como consecuencia de un sabotaje preparado desde el extranjero, es decir, que se activara algún mecanismo que provocase la explosión, mientras se produjera la descarga del barco.

Fidel, entonces allí en 23 y 12, en El Vedado, patentizó la disyuntiva histórica del pueblo se desafiar todos los peligros, amenazas y agresiones y seguir avanzando en la defensa y desarrollo dela Revolución.

Y lo sintetizó con una frase breve, pero que devino consigna de inmediato, al ser acogida por el pueblo.

Así nació “¡Patria ó Muerte!, a la que posteriormente se le agregó la palabra ¡Venceremos!

A poco más de un año de haber tenido en 23 y 12 el acto citado, esa zona de La Habana, muy cerca de la entrada principal de la Necrópolis Cristóbal Colón, alcanzó mayor trascendencia histórica, al ser escenario de la despedida de duelo de otros caídos como consecuencia del ataque pirata realizado por aviones de Estados Unidos, procedentes de Nicaragua y Guatemala.

Al hablar el 16 de abril de 1961 en esa intersección capitalina, Fidel explicó que se había realizado un ataque simultáneo, en horas del amanecer, a tres ciudades distintas del país, La Habana, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba.

Señaló que, incluso, en uno de los casos los agresores utilizaron aviones de bombardeo tipo B-26, con lanzamiento de bombas de alto poder destructivo, además de rockets, y realizaron ametrallamientos.

Fue en el citado acto que Fidel proclamó el carácter socialista de la Revolución Cubana y llamó al pueblo a movilizarse para enfrentar en forma resuelta una invasión mercenaria.

Ante la declaración del carácter socialista de la Revolución, una gran cantidad de milicianos presentes en el acto alzó sus fusiles en señal de respaldo a los pronunciamientos hechos por Fidel y como reflejo de la decisión del pueblo cubano de enfrentar a los agresores.

Y eso se puso de manifiesto en los días siguientes, cuando los integrantes de la invasión mercenaria que desembarcaron el 17 de abril  por Playa Girón, en la bahía de Cochinos, en la zona sur de la provincia de Matanzas, fueron derrotados en menos de 72 horas.

Veinte años después, en ocasión de celebrarse un acto con motivo del aniversario del día en que se produjo la declaración del carácter socialista de la Revolución,  Fidel  recordó nuevamente lo acaecido el 16 de abril de 1961 cuando habló nuevamente en la intersección de las calles 23 y 12, en El Vedado.

Señaló  al respecto:

“Era una tarde como la de hoy, soleada y despejada; acudíamos en acto solemne, popular y revolucionario a dar sepultura a los combatientes caídos durante el cobarde, criminal y traicionero ataque aéreo sorpresivo lanzado contra los aeropuertos de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba. Una enorme multitud de milicianos armados y de pueblo se concentraba allí aquella tarde.”  

En 2001, Fidel pronunció otro discurso el 16 de abril, en el mismo sitio donde tuvo lugar el acto realizado  en similar fecha en 1961.

Manifestó que no venía a la conmemoración por el aniversario 40 de la proclamación del carácter socialista de la Revolución, sino a volver a jurar el compromiso de continuar defendiendo la Revolución.

Y seguidamente patentizó:

“Utilizando exactamente las mismas palabras de aquel inolvidable día hace 40 años, les pregunto: "Obreros y campesinos, hombres y mujeres humildes de la patria, ¿juran defender hasta la última gota de sangre esta Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes?".

Los  presentes en el acto, en representación simbólica del pueblo cubano en general,  respondieron con decisión: "¡Juramos!”. (Redacción digital. Con información del Portal del Ciudadano de La Habana)

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