Consolidación de los planes independentistas concebidos por José Martí

Consolidación de los planes independentistas concebidos por José Martí

Ningún acontecimiento predecía que en 1895 comenzaría la Guerra Necesaria. Por el contrario, en enero fue ocupado un gran cargamento de armas y tres embarcaciones en el Puerto de Fernandina, en La Florida, destinado a llevar a Cuba grandes expediciones para iniciar la insurrección largamente preparada por José Martí (La Habana, 1853-1895)

El Apóstol de la independencia concibió que, aun en esas difíciles circunstancias materiales, los máximos líderes revolucionarios debían llegar a la Isla a como diera lugar.

Martí firmó la orden de alzamiento el 29 de enero en Nueva York como delegado del Partido Revolucionario Cubano, junto a Enrique Collazo y Mayía Rodríguez, y la dirigió a Juan Gualberto Gómez, en La Habana, responsable del alzamiento en Occidente y encargado de enviar el aviso al resto de los patriotas en las otras provincias.

El texto señalaba “[…] autoriza el alzamiento simultáneo […] de las regiones comprometidas […] durante la segunda quincena -y no antes- del mes de febrero”.

Se insistía en que se “[…] considera peligroso y de ningún modo recomendable todo alzamiento en Occidente, que no lo efectúen a la vez que los de Oriente […]”, teniendo en cuenta las características del movimiento revolucionario en esas zonas, […] en la certidumbre de que la emigración entusiasta y compacta tiene hoy la voluntad y capacidad de contribuir a que la guerra sea activa y breve”.

Juan Gualberto escogió la fecha del 24 de febrero para el pronunciamiento con el fin de aprovechar los festejos de los carnavales en La Habana, para que no levantara mucha curiosidad el traslado y la reunión de los mambises y envió emisarios al interior del país con la propuesta para ponerse de acuerdo con los jefes de los grupos de conspiradores, reseña el periodista Jorge Wejebe Cobo.

El artículo publicado por la Agencia Cubana de Noticias señala que en la región occidental el espionaje ibérico penetró los preparativos e inexplicablemente el general Julio Sanguily, uno de los jefes de la insurrección en la capital, fue detenido en su domicilio y años después se conoció de su vinculación con las autoridades españolas en esa época.

Juan Gualberto Gómez acudió al poblado de Ibarra, Matanzas, lugar escogido para el pronunciamiento, pero fue detenido junto a otros insurrectos por las fuerzas hispanas que cercaron previamente el lugar, con lo que se frustró el estallido revolucionario en el occidente.

No obstante, en otras 35 localidades en distintas partes del país se levantaron en armas contra el colonialismo aquel 24 de febrero. Principalmente en el oriente del país pudieron consolidarse los focos insurgentes encabezados por los veteranos jefes Guillermón Moncada y Quintín Banderas, en Santiago de Cuba; Bartolomé Masó, en Manzanillo; Francisco Carrillo, en Remedios, y otros jefes del Ejército Libertador.

Después de múltiples vicisitudes, arribaron el primero de abril por Duaba, en las costas guantanameras, Antonio Maceo, su hermano José, junto a Flor Crombet; mientras Martí y Máximo Gómez, en unión de otros expedicionarios, llegarían en esa misma región, por Playitas de Cajobabo, el 11 del propio mes.

El 5 de mayo ocurrió el encuentro de Martí y Gómez con Maceo y se consolidaron los planes independentistas concebidos por el delegado del Partido Revolucionario Cubano, quien supo lograr la unidad de las filas patrióticas frente a dificultades que parecían insalvables.

Pocos días después cayó en combate el Apóstol en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895, tras haber cumplido con la obra de su vida: el inicio a la Guerra Necesaria que permitiría la derrota del colonialismo español. (Jorge Wejebe Cobo, ACN. Foto: periódico Ahora, Holguín)

FNY

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