Los “casi algo”: nueva tendencia afectiva entre jóvenes del siglo XXI

El panorama de una sociedad digitalizada, y a su vez compleja, ha influido directamente en los nexos interpersonales; no es sorpresa que los estigmas de las relaciones tradicionales sean reemplazados por nuevas formas de intimidad ¿Cuáles son las consecuencias?

Paula tiene 19 años de edad; lleva tres meses saliendo con Alberto, de 21. Ambos van a la playa, cenan juntos, caminan tomados de las manos y se envían mensajes todo el tiempo. Ya tuvieron su primera vez, y otras muchas después de esa; a veces él frecuenta su casa como “amigos”, y ella la de él, cuando sus padres no están.

La relación de ellos comenzó, como muchas de estos tiempos, mediante redes sociales. Likes, comentarios, un poco de atracción y gustos en común hicieron que agendaran la primera cita. Desde entonces, han pasado tres meses, aunque durante este tiempo han mantenido encuentros afectivos o manifestado comportamientos de “pareja”, ellos reiteran mutuamente que no son novios y simplemente dejan que las cosas “fluyan”, lo cual no incluye compromiso alguno.

Un estudio reciente realizado por la Universidad de Ohio identifica que una pareja podrá evolucionar con los primeros 100 días de interacción; si luego de los tres meses las personas mantienen el mismo interés, probablemente el vínculo tendrá futuro.

Si tras las primeras semanas de interacción se mantienen la buena resolución de conflictos, química, interés, sexo y comunicación, hay indicadores de éxito; sin embargo, en este tiempo el compromiso ya debe estar acordado por ambos; de otra forma, existe un 80 por ciento de probabilidad de que siga siendo un “casi algo” indefinidamente.

Los “casi algo”: nueva tendencia afectiva entre jóvenes del siglo XXI
Imagen creada con tecnología Dall-e.


¿Qué son los “casi algo”? Perspectiva desde la Generación Z

Durante miles de años, los seres humanos han acompañado cada una de las transformaciones en la construcción de la sociedad. Las relaciones o interacciones de pareja no han quedado fuera de esos cambios evolutivos.

El siglo XXI, y fundamentalmente los finales de los 90 y principios de los 2000, trajeron consigo factores y cambios de paradigmas que condicionaron la llamada Generación Z.

La transformación digital y el aumento de tecnologías, la globalización en un mundo complejo y ambiguo, la apreciación de la sexualidad más explícita, la búsqueda de la libertad e, incluso, el aumento de los trastornos depresivos son solo algunos de los factores que caracterizan esta generación.

Esas características se han visto reflejadas en las relaciones interpersonales. Actualmente, no solo existe un modelo de pareja “correcto”, sino que son cada vez más frecuentes nuevos modelos de búsqueda de libertad para decidir las normas y el tipo de relación. En este contexto, se origina el término popularizado como “casi algo”.

Según un artículo publicado por el periódico El Español, los “casi algo” son las relaciones de pareja que no acaban de definirse como noviazgo, pero que funcionan como si lo fueran.

De igual forma, La Nación lo define como vínculos intensos, en los cuales el interés se pierde, avanzados los primeros meses, y uno de los dos individuos corta el interés y desaparece, afectando o no al otro.

María Alejandra Sánchez, licenciada en Psicología, explica que esas relaciones pueden estar basadas en circunstancias a corto plazo, lo cual no significa que no se puedan desarrollar conexiones emocionales fuertes.

Sánchez advierte que el mayor riesgo que se corre en esos vínculos afectivos es que, por lo general, los límites son muy difusos, por lo que ambas partes pueden querer cosas diferentes de la relación, sin estar conscientes de ello, lo cual puede desarrollar, en el peor de los casos, dependencia emocional por uno de los individuos.

Y tú, ¿tendrías este tipo de relación?

En un contexto generacional en el cual somos cada vez más diversos, donde la búsqueda del “yo” se impone, cambian las prioridades de las nuevas generaciones y el amor romántico se deconstruye en muchísimos sentidos, no podemos esperar que se mantengan los mismos patrones de hace medio siglo.

Los nuevos fenómenos deben ser entendidos y analizados, si bien los “casi algo” no son necesariamente negativos, dependen en gran medida de cada persona, de la subjetividad individual y del devenir cultural de cada uno.

Es vital cuestionarse en qué etapa de la vida te encuentras, qué tipo de relación buscas y hasta qué punto puedes o no gestionar tus emociones.

Encauzarse en este camino, sin estar listo o porque está de moda, podría suponer a largo plazo sensaciones de ansiedad, de pérdida de tiempo o, incluso, de frustración.

¿Lo más importante? Grosso modo, la esencia está en conocerte a ti mismo, lograr comunicar tus emociones y actuar sobre las bases de la sinceridad y la empatía. No permitir que las nuevas tendencias laceren el lado humano sería también un buen comienzo en la construcción de una sociedad mejor. (Rachely Valerino Fernández, estudiante de Periodismo. Foto: tomada de Internet)

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RSL

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