Arquitectos Govantes y Cabarrocas en la memoria de La Habana (+ fotos)

Biblioteca Nacional de Cuba José Martí

Hace mucho deseo escribir sobre la firma de arquitectos Govantes y Cabarrocas, la más importante que ha existido en Cuba, creadora de muchos edificios emblemáticos del urbanismo nacional y latinoamericano.

Es tanta la magnitud y la grandeza de esos nombres que siempre me ha temblado un poco el pulso para deslizar unas líneas acerca de ellos.

Los años pasan, las décadas vuelan y la memoria se esfuma. Los edificios siguen estando ahí, pero las nuevas generaciones de cubanos poco saben sobre sus creadores, salvo los estudiantes de Arquitectura.

La gente pasa frente al Capitolio de La Habana y lo admira. Se ha acostumbrado a ver los inmuebles de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, el Instituto de Literatura y Lingüística, el Hospital Clínico Quirúrgico General Freyre de Andrade (conocido popularmente como Emergencias), incluso los palacetes de Catalina Lasa en Prado y 17, la Dolce Dímora de Orestes Ferrara -donde hoy radica el Museo Napoleónico-, el Palacio de Bellas Artes… y ni preguntan ni tienen un pensamiento sobre quiénes concibieron esa arquitectura republicana colosal que tuvo la osadía de crear, aun defendiendo con fervor nuestra herencia arquitectónica española, un estilo nacionalista propio capaz de identificar a Cuba ante el mundo.

Hospital Clínico Quirúrgico General Freyre de Andrade (Emergencias).
Foto: Arquitectura Cuba.

Los turistas pasan frente a esos monumentos, algún guía les menciona de pasada a Govantes y Cabarrocas… y nada más.

El habanero Evelio Govantes nació en 1886, y un año después lo hizo el villaclareño Félix Cabarrocas. Ambos se graduaron de Arquitectura en la Universidad de La Habana. Govantes también fue ingeniero, y Cabarrocas dibujante y escultor.

El encuentro de estos genios culminó en la creación de su famosa firma, ubicada en su oficina de proyectos de ingeniería y arquitectura en 5ª #507 en El Vedado.

El espíritu nacionalista, siempre latente en los cubanos, pero libre ya y desatado tras las dos guerras de independencia quería, a toda costa, crear una nación con símbolos propios e inconfundibles. Fue así que inició el anhelo de rescatar la singularidad arquitectónica de la ciudad colonial, donde el estilo español de sus calles y plazas se correspondía de manera totalmente orgánica con el de sus edificios barrocos.

Govantes amaba el barroco hispanoamericano “por ser la arquitectura tradicional de América Latina; por ser capaz de producir bellos y originales monumentos, tratados por artistas como verdadera inspiración, porque es el que mejor conserva nuestra apariencia de pueblo latino”. Ese fue su pensamiento. Como Eusebio Leal, quiso una Habana que fuera patrimonio valioso.

Antes de enumerar el magnífico legado arquitectónico de Govantes y Cabarrocas, hay que decir que ambos ocuparon importantes puestos como funcionarios públicos en los Gobiernos de José Miguel Gómez, Gerardo Machado y Fulgencio Batista, pero hasta donde sé, como profesionales consagrados a su arte y sin compromisos políticos manifiestos con los dos últimos presidentes mencionados.

Cabarrocas fue nombrado por Machado jefe del Departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de La Habana, y se le encomendó embellecer la ciudad. Govantes fue ministro de Obras Públicas durante la presidencia de Batista.

Hay que entender que, si la firma hizo trabajos particulares, como el palacete de Catalina Lasa o la mansión de Ferrara, por solo citar dos ejemplos, los edificios públicos no hubieran sido posibles sin el respaldo de los Gobiernos de turno. Ambos arquitectos fueron miembros dela Academia de Artes y Letras.

En 1911, Govantes dirigió como ingeniero las obras del puente sobre el río Zaza. En 1916, la firma proyectó en estilo neoclásico el Hospital Clínico Quirúrgico General Freyre de Andrade, en Carlos III entre Espada y Hospital.

Fue en 1924 que se terminó la construcción el Palacio de las Cariátides, proyectado para la sede del exclusivo Unión Club, para hombres de la alta sociedad y situado en Malecón #17 entre Prado y Capdevila.

En 1917, la firma inició el proyecto para la construcción del Capitolio de La Habana, que retomó en 1925. Modificaron el diseño inicial para otorgar mayor relieve y monumentalidad a componentes como la escalera y la cúpula, e introdujeron nuevos elementos, como las grandes pilastras de los pórticos laterales.

Para 1928, proyectaron el exterior del mítico palacete estilo Renacimiento italiano que Juan Pedro Baró obsequió a su esposa, Catalina Lasa del Río, ubicado en Paseo entre 17 y 19.

Palacete ubicado en Paseo entre 17 y 19, hoy Casa de la Amistad. Foto: Facebook.

En 1929, con la presentación del proyecto del Pabellón Cubano, la firma obtuvo el Gran Premio de La Exposición Iberoamericana de Sevilla, donde participaron varios países latinoamericanos, Estados Unidos, Marruecos, Portugal y las regiones españolas.

En el mismo año, el presidente Machado les encomendó el proyecto del barrio obrero Lutgardita, en el área industrial de Rancho Boyeros. Durante el gobierno de José Miguel Gómez, ya se había ejecutado un proyecto con esos fines en Pogolotti, Marianao, pero el proyecto de Lutgardita, además de contar con 100 viviendas, comprendía servicios de guardería, un colegio, un hospital, el teatro Paramount, escuelas, oficina de correos y la estación de ferrocarril General Peraza, entre otras instalaciones. Fue el primer proyecto de ese tipo en Latinoamérica.

La firma ejecutó en 1930 la remodelación del Palacio de los Capitanes Generales, situado en la calle Tacón y O’Reilly, que se encontraba en pésimo estado. La restauración incluyó la estatua de Cristóbal Colón, colocada desde 1862 en el patio central del inmueble.

También fueron los creadores del proyecto de construcción del Hospital Materno América Arias, ubicado en la manzana comprendida entre las calles G, H, Línea y 11, de El Vedado.

Recubrieron sus exteriores con piedra de Jaimanitas y diseñaron una rotonda central con cúpula de cristales de colores que iluminaba el interior del salón central. El mismo Cabarrocas creó las esculturas que embellecieron sus jardines.

De 1944 a 1948, proyectaron el Museo Nacional de Bellas Artes, en la Avenida de Bélgica (Zulueta) entre Ánimas y Trocadero.

En 1948 fue inaugurado, en la Avenida Carlos III #710, el edificio de la Biblioteca de la Sociedad Económica Amigos del País, para celebrar el aniversario 155 de la fundación de la Sociedad. El proyecto también fue de Govantes y Cabarrocas.

El dúo construyó en 1957, en la Plaza Cívica (hoy De la Revolución), el edificio de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. El acceso principal al edificio, de caracteres monumentales, se enfatizó con bajorrelieves en honor de célebres figuras de la cultura internacional. Para su construcción, se utilizaron mármoles y piedra calcárea.

A partir de 1930, ejecutaron varios proyectos en Varadero, entre los que sobresalen la mansión Xanadú, de Irenée DuPont, y la de Manuel Gómez-Mena.

La firma se encargó también del proyecto de primer hospital infantil que tuvo La Habana, el “Pedro Borrás”, de algunos monumentos funerarios de la necrópolis Cristóbal Colón y de otras obras. (Gina Picart Baluja. Foto de portada: Cubarte)

ARTÍCULO RELACIONADO

Necrópolis Cristóbal Colón, aporte habanero a la cultura universal

FNY

Publicar un comentario

Gracias por participar

Artículo Anterior Artículo Siguiente