Preocupante aumento de una especie invasora en La Habana

Caracol Africano

El caracol gigante africano es un monstruo que de primera pasó a segunda plana, y hasta el olvido; aun así, es una amenaza para La Habana. 

En un primer momento fue una especie invasora con amplia cobertura mediática, sobre todo a partir de las acciones que se realizaron para contener su peligro avance y la correspondiente información para la educación de la población al respecto.

Luego de la tempestad inicial llegó la calma, pero no el peligro del caracol gigante africano, pues hoy se les puede ver en diferentes espacios habaneros, tanto en el hermoso barrio de El Vedado como en Centro Habana, municipio este último no muy pródigo en vegetación, como bien concebido en el primero.

En todos los cuadrantes se observan especímenes jóvenes y adultos que las personas ven pasearse bien temprano en las mañanas, sin mucho importunar su presencia.

Algunos les ponen el pie encima como vía de eliminarlos, pero salta la preocupación tanto por la pobre efectividad de tan vieja práctica como por los riesgos que podría traer para la salud de la población.

Esta especie debe interesar mucho más que a los malacólogos y ambientalistas, a las autoridades sanitarias, y a muchas otras entidades que les desfavorece la presencia de tan indeseable criatura, a no ser que en un futuro deje de ser pernicioso como el antes vilipendiado marabú.

Hasta ahora, dado el peligro potencial que representa para la salud humana, no es probable que este animal de apariencia desagradable recupere importancia como el marabú como combustible - carbón vegetal de alto valor para la exportación – como fertilizador del suelo, además de evitar su compactación.

No nos llamemos al engaño, el caracol gigante africano es una especie peligrosa para la salud humana, para el ecosistema y la economía del país, y por muchas razones que no se mencionan en este trabajo por no ser su enfoque.

Aun así, queda el llamado de atención para que entre todos aporten la cuota que le corresponde ante el peligroso enemigo, cuyo preocupante aumento en La Habana pone a reflexionar, si se le deja desandar hasta que este se convierta en autóctona o aún hay tiempo para combatir esta especie invasora.                 

Juan Carlos Domínguez Taño

SST 


    

           

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