Luz, una mujer dedicada al sector eléctrico en La Habana

De joven, Luz del Carmen Hernández Blanco se negaba a ver las mujeres solo como madres, esposas o las responsables de las labores domésticas; para ella, debía existir algo más: una satisfacción profesional, que encontró ligada al sector eléctrico.

Al escuchar su voz, es inevitable deducir que se trata de una mujer con un carácter fuerte, y tiene que serlo, al acumular 27 años en los que, a base de sacrificio, entrega y dedicación al trabajo, se ha impuesto a muchos hombres.

"Quise ser universitaria, me gustaba mucho la química, la física y la matemática, además de la economía. Mi apego a esas tres primeras asignaturas me llevó a hacer las pruebas de ingreso, aunque también hice el examen de eléctrica. Finalmente, decidí que la Ingeniería Electroenergética fuera mi primera opción, y tengo que decir que me gustó y no me arrepiento", expresó.

Es cierto que, cuando estudiaba, había muchos más hombres que muchachas, algo que hoy ha cambiado un poco, pero hace 30 años éramos muy pocas, rememora.

Actualmente, Luz es la jefa del Centro de Operaciones de la Transmisión de Occidente, perteneciente a la Empresa de Construcciones de la Industria Eléctrica, y desde que se graduó en 1994 sabía que su labor estaría en el terreno, con los carros de guardia y la operación del sistema.

Siempre he trabajado con brigadas de línea y mantenimiento, y tratar con linieros es difícil. Mi función es dirigirlos desde el conocimiento, y eso se logra día a día, comenta.

“Para mí, lo habitual es que haya un problema y me llamen, y hasta me siento mal cuando no lo hacen. Aunque me digan que están seguros y que descanse, no puedo, como a las dos horas me aparezco en el lugar a ver qué hace falta.

"A este trabajo -dice- hay que dedicarle tiempo, y estar rodeada de hombres te obliga a desarrollar otras habilidades. Sé de plomería y soldadura, y la gente a veces se sorprende porque son cosas que normalmente las mujeres no conocen.”

Recuerda que, cuando el huracán Ian, estuvo 45 días en Pinar del Río con los linieros, trabajando desde las 05:00 hasta las 20:00 (hora local), y en muchas ocasiones llegaba primero a los lugares para tener estudiado el terreno y que, de manera conjunta, todo saliera bien.

Las complejidades de su profesión no impidieron que fuese madre.

“Estaba loca por tener mi hijo y, aun así, nunca pedí licencia de maternidad.”

A pesar de los cuestionamientos, no quería apartarse.

“Mi hijo, muy apegado a mí, venía conmigo si había una avería a las 21:00 horas. Tenía días que lo recogía en la escuela, y él hacía la tarea en el carro. Yo dirigía el trabajo, mientras lo ayudaba con las matemáticas”, cuenta.

Luz considera que esa experiencia hizo que se preparara diferente y que fuera más responsable, primero con sus estudios, y luego con el trabajo.

En Cuba, son muchas las historias de mujeres como ella, que además de las responsabilidades familiares, se dedican cada jornada a mantener y desarrollar el sector eléctrico. (Redacción digital. Con información de la ACN)

Publicar un comentario

Gracias por participar

Artículo Anterior Artículo Siguiente