
Vicente de la O Levy, ministro cubano de Energía y Minas, concedió una detallada entrevista al diario Granma, para responder y explicar varias interrogantes sobre la progresiva recuperación de la generación de electricidad, de las inversiones en curso, de su sostenibilidad, de lo que más rápido aportará a revertir la crisis actual, y de la revitalización de otras fuentes que diversificarían la matriz energética del país.
Radio Ciudad de La Habana reproduce a continuación otra parte de la extensa entrevista:
"Siempre hemos sido dependientes en la importación de los combustibles, al punto de que la factura petrolera es la mayor de Cuba; más que los alimentos, más que los medicamentos, más que todo. Y del combustible importado para sostener la economía completa, la generación de electricidad es el mayor consumidor: más de la mitad de todo el combustible que usa el país es para generar corriente.
"La agricultura, el bombeo de agua, la zafra, el transporte, toda la cadena de la economía interna, todo consume menos que la generación de electricidad.
"Y, sin embargo, estaba decreciendo la producción nacional de combustible, mientras la tendencia era que el consumo de las termoeléctricas, en petróleo y gas, iba a ser superior a la producción nacional. Eso, por un lado.
"Entonces el tema eléctrico empezó a complicarse no solo por el estado técnico de las termoeléctricas…»
–¿Ese decrecimiento tenía que ver con la disponibilidad del petróleo natural y gas, o por las capacidades para extraerlos?
–Tenía que ver con las mismas causas que afectaron a las termoeléctricas: deterioro, falta de recursos, de piezas de repuesto. La producción de petróleo no es perforar un pozo y ya, empieza a salir. No.
"Perforar un pozo es una inversión, pero mantener después ese pozo lleva recursos, que hay que ponerle todos los días, y la carencia nos obligó a ir cerrando pozos, cerrando y cerrando, porque no teníamos los insumos para mantener activos esos pozos.
"Para poner un ejemplo, un pozo tú lo abres, empiezas a extraer petróleo, y ese petróleo en Cuba se tira en tanques. Y después que está en el tanque, tienes que sacarlo del tanque y transportarlo por carretera.
"En Cuba existen muy pocos ductos. Por ejemplo, de Matanzas a la termoeléctrica de Santa Cruz (del Norte) es por ducto; de los puertos a las refinerías es por ducto; pero no a todas las centrales termoeléctricas ni a la generación distribuida es por ducto. Hay que transportar mucho por carretera.
"Entonces, si el tanque se te llena y tú no tienes una infraestructura de transportación para llevar ese crudo que sacaste de los pozos, tienes ahí un cuello de botella que también te limita la producción de petróleo.
"Además, a los pozos hay que estar constantemente poniéndoles químicos, solventes, una cantidad alta de insumos diarios para que ese pozo se mantenga activo."
–Más lo que conspira la crudeza del petróleo nuestro…
–Exactamente. En los pozos nuestros eso lo complica más todavía; pero también hay que sostener la instalación de superficie, válvulas, tuberías, bombas... a todo eso hay que darle mantenimiento constante, reparaciones que no pudimos hacer.
"Eso fue limitando la producción, además de no poder invertir en nuevos pozos y en hacer los estudios sísmicos. Siempre hay que ir delante en los estudios sísmicos, en la perforación, para después extraer.
"Logramos, en el año 2023, perforar algunos pozos, con el objetivo de obtener gas; y sí, se obtuvo gas, y eso fue lo que logró recuperar y aumentar la generación de electricidad con gas, pero seguía decreciendo la producción del crudo. Y en ese análisis concluimos que llegaría un momento en que ni el crudo nacional alcanzaría para las termoeléctricas. Es más, si tuviéramos todas las termoeléctricas disponibles, no alcanzaría."
–¿El crudo nuestro no alcanzaría?
–Ni el crudo nuestro siquiera. Y a eso suma, después, la generación distribuida a base de diésel y de fuel, que son totalmente importados; esos o el crudo refinable, porque el petróleo cubano no se refina, se quema directamente en las termoeléctricas.
"No es un crudo que tú lo puedas llevar a cualquiera de las cuatro refinerías nuestras y obtener diésel, o gasolina, nafta, gas licuado, turbocombustible para la aviación… Solo sirve para las termoeléctricas, que se diseñaron y se adaptaron a ese tipo de combustible.
"Las termoeléctricas cubanas, por diseño, consumían un fuel de excelente calidad que venía de la antigua Unión Soviética, mayoritariamente. En esas condiciones, la vida entre mantenimientos era mucho más larga. Y al desaparecer la Unión Soviética dejamos de tener, de la noche a la mañana, todos los combustibles, que llegaron a ser 12 millones de toneladas.
"Entonces nos vimos obligados a iniciar la reconversión de las termoeléctricas, con una innovación totalmente cubana, para que consumieran el crudo nacional.
"Eso nos salvó, pero tuvo un alto sacrificio. ¿Cuál fue? Se les acortó la vida a las unidades de generación termoeléctrica, el plazo entre los mantenimientos, porque el crudo cubano tiene contenidos muy altos de azufre y de vanadio, que cuando se combustionan en las calderas y existe humedad, generan ácido sulfúrico, que acelera la corrosión.
"Eso se une al deterioro por vejez, por los años de explotación de las termoeléctricas. Mariel, por ejemplo, se inauguró en 1975, y la más joven ya tiene más de 25 años. Uno puede mantener cien años, 200 años cualquier cosa que tenga los mantenimientos requeridos, con todos los recursos que exige; pero si un rodamiento dura 60 mil horas, y a las 60 mil horas no lo cambias, se va a romper, y comienza a desencadenar un deterioro progresivo del sistema." (Tomado del diario Granma. Foto: Prensa Latina. Continuará)
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