La Habana: falleció líder de Federación de Asociaciones Culinarias cubanas (+ fotos)

La Habana: falleció líder de Federación de Asociaciones Culinarias cubanas


Eddy Fernández Monte, presidente y fundador de la Federación de Asociaciones Culinarias de la República de Cuba (FACRC), falleció este jueves en su natal La Habana, informó Excelencias Cuba.

Con su partida, la gastronomía cubana despide a un gigante de su tradición culinaria, significó la revista, la cual añadió que Fernández Monte era vicepresidente para el Caribe de la Asociación de Restauradores Gastronómicos de las Américas y miembro de la Academia Culinaria Francesa.
Hoy no solo se va un chef, sino un maestro, un faro, un arquitecto incansable de la identidad gastronómica de Cuba. Eddy Fernández trascendió los fogones para convertirse en formador de generaciones, embajador de los sabores de la Isla y defensor de una cocina mestiza, vibrante y arraigada en lo más profundo de la cultura cubana, subrayó la revista.

Eddy Fernández Monte


Como presidente de la FACRC (FACRC), dedicó décadas a moldear el futuro de la cocina nacional. Su lucha no fue solo por técnicas o recetas, sino también por dignificar la profesión, rescatar tradiciones y proyectar una gastronomía que fuera, al mismo tiempo, raíz y puente: raíz para no olvidar, puente para dialogar con el mundo.
Bajo su liderazgo, la federación se consolidó como un espacio de prestigio, llevando el sabor cubano a ferias, congresos y competencias internacionales. Desde el ajiaco criollo hasta el lechón asado, Eddy fue un narrador de historias a través de sus platos, pero también un innovador que supo reinventar sin traicionar la esencia. Su voz resonó en foros globales, como la World Association of Chefs' Societies (Asociación Mundial de Sociedades de Chefs), donde defendió con orgullo el lugar de Cuba en el mapa culinario del orbe, destacó la revista.

Eddy Fernández Monte


Excelencias Cuba añade que, más allá de sus logros, Fernández Monte dejó una marca humana. Quienes trabajaron a su lado destacan su humildad, su generosidad y su convicción de que la cocina es un acto de justicia: respeto al productor local, defensa de la soberanía alimentaria y fe en la gastronomía como fuerza de transformación social. Fue un cruzado por el reconocimiento de la cocina cubana como Patrimonio Cultural Inmaterial, una batalla que libró con pasión hasta el último momento.
Su legado no cabe en un recetario. Vive en cada discípulo que sigue cocinando con orgullo, en cada proyecto que impulsó, en cada plato que lleva el alma de Cuba. Lo extrañaremos en las aulas, en los eventos, en el bullicio de las cocinas, pero su luz queda intacta en quienes asumieron su misión: hacer del fogón un altar de cubanía, remarcó la revista.
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