Aunque entre los cubanos la expresión "de película" denota la excepcionalidad de determinado acontecimiento, la etapa veraniega que concluyó este fin de semana bien merece tal calificativo, no solo por sus propuestas culturales y recreativas, sino también por el peso que tuvo en las mismas el séptimo arte, gracias al programa que desplegó el IX Festival de Cine de Verano.
Más de 184 salas cinematográficas y espacios dedicados a estas proyecciones estuvieron en función del evento, que comenzó a inicios de julio con el IV Festival Orizonti Italia-Cuba, tras el cual recorrieron las grandes pantallas de todo el país clásicos nacionales y extranjeros, así como también producciones contemporáneas, muchas de ellas en calidad de estreno.
Especial relevancia tuvieron las presentaciones del documental Mijaín y de la serie Ruta ADN Cuba, además de los ciclos con filmes rusos y japoneses.
En más de 300 mil se calculan los espectadores que acudieron a las acciones promovidas durante julio y agosto por el Festival de Cine de Verano, evento que, no solo llevó el séptimo arte a comunidades de todo el país, gracias a la reactivación del cine móvil, sino que ofreció en sus espacios espectáculos para todos los gustos y edades.
Algunos ejemplos de su extensión y variedad fueron La Peña de Federico, en el habanero cine Riviera, y el proyecto Vivartes 23, en la céntrica arteria de El Vedado capitalino; el homenaje a Beny Moré en el cine Encanto, de Camagüey, y las actividades intergeneracionales en la sala Tana, del municipio tunero de Colombia.
El festival veraniego concluyó, dejando también tras de sí nuevas salas cinematográficas restauradas, que harán más abarcadora la cita en el próximo período estival. (Redacción Digital, con información de Radio Reloj. Imagen: red social X)
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