Intensas jornadas en la recogida de desechos sólidos han convertido a La Habana por estos días en un hervidero con la participación de distintas entidades, las que de conjunto laboran diariamente para enfrentar la desmedida avalancha de cuanto desperdicio sale de hogares y entidades,estatales o particulares.
Son muchos los que se preguntan qué hacer con cuanto desperdicio se ven en las esquinas y calles habaneras, además de recogerlos.
Se sabe que la empresa de Materia Prima aprovecha una parte para su correspondiente reciclaje, y que las empresas constructoras pueden reutilizar el escombro que se genera durante las acciones que se realizan por doquier, incluso que buena parte también sirve como abono natural en la agricultura, jardines y parques.
Pero, otras personas al corriente de la economía circular son de la opinión de que en Cuba se podía aprovechar, como en países de Europa, todo material biocombustible para la generación eléctrica.
Una planta generadora de electricidad a partir de la biomasa, como la unidad construida en el municipio Primero de Enero, en la provincia de Ciego de Ávila, de seguro tendría bastante materia prima con tal propósito y serviría de apoyo al Sistema Electroenergético Nacional, porque podría entrar en funcionamiento en el momento que ya los parques fotovoltaicos han cumplido con su desempeño al llegar la noche.
Seguro habrá muchos peros, comprensibles desde luego; entre otros retos a vencer es que Servicios Comunales se dedica a recoger volúmenes de desechos sin mirar cuál es biocombustible o no.
También que la población no tiene la cultura del depósito de los desechos en los contenedores tomando en cuenta la correspondiente clasificación, como se hace en otros países, no solo los desarrollados, y en los centros turísticos de Cuba.
Otro obstáculo a superar es cómo disponer de los envases para ubicarlos en zonas específicas para su posterior recogida y cómo abaratar los costos correspondientesa la transportación de estos desechos hacia la unidad generadora de electricidad, entre otros desafíos.
El gigante que debe enfrentar el país para una inversión de ese tipo no debe frenar cada intensión; mejor sería, estimular el trabajo conjunto de todas las empresas que podrían ser los grandes inversores para que entre todos busquen alternativas.
La rama siderúrgica aportaría los contenedores, para citar un ejemplo; Trasporte podría combinar su flota de camiones y los vagones del ferrocarril.
Los primeros llevarían lo recogido hasta ciertos puntos para que por vía férrea se lleven hasta la planta de biomasa.
Se puede pensar en la vía desde Nuevo Vedado hasta El Rincón, y por ende la propuesta de levantar la planta generadora de electricidad a partir de la biomasa en esa zona, alejada de grandes masas poblacionales,y con ello disminuir la probable contaminación ambiental.
Sabido que La Habana dispone de una buena red ferroviaria, la que de forma planificada, podría transportar la materia prima necesaria para que el Sistema Electroenergético Nacional genere electricidad a partir de otra fuente, que contribuiría a la soberanía energética, no solamente con la utilización del crudo cubano, sino también a partir de la masa biocombustible que no se tendría que importar.
El último pero, de dónde sacar la financiación para tamaña inversión.
Ahí entrarían, además del Sistema Bancario, varias entidades como el Turismo, u otras generadoras de moneda convertible.
Esto sería una tarea conjunta donde el Estado observaría todos los detalles de esta revolución que a la postre abriría varias puertas: nuevos empleos, más amplio potencial electroenergético con su correspondiente mayor soberanía, mejor cuadro higiénico-sanitario y ambiental, por ende, calidad superior de salud de la población, y como resumen, mejor imagen de pueblos y ciudades, aparejado a una cultura del reciclaje que tanto beneficio traería todos con la contribución consciente de la población y organismos comprometidos con estequehacer.
Juan Carlos Domínguez Taño
SST - JCDT
